Mientras tengas que pedir dinero
para sufragar tus campañas,
mientras tengas que venderte
porque no puedes devolverlo,
mientras privatices empresas y servicios
a cambio de cargos y prebendas,
mientras vendas y te vendas,
mientras ni respetes al pueblo
ni te respetes a ti mismo.
Mientras los jueces sean tus peones,
mientras tus leyes
sean a imagen y semejanza de los poderosos,
mientras tu hacienda
sea la hacienda de los ricos
y el tajo de los pobres.
Mientras te arrastres ante quien pisa
y pises a quien se arrastra,
mientras la voz del pueblo
siga clamando en tu desierto,
mientras sea más importante
la razón de la fuerza
que la fuerza de la razón...
no me pidas mi voto,
no me pidas mi apoyo,
no me pidas mi beso.
¡No, mi judas!
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