He leído poquito a poco, a sorbitos, y hasta he repetido, tu TOQUE DE REBATO. En algunos poemas, se me ha helado el alma de profunda tristeza por lo que tan requetebién describes, en otros, el regocijo ha brotado en mi ser, porque te siento de corazón valiente y de duelo en la piel, y en otros, simplemente he llorado, de pena, de comprensión y hasta de confabulación contigo.
Ernesto Cardenal, a quien tuve la suerte de conocer, estará feliz de leerte.
Las millones de personas confinadas te abrazamos con pudor desde largas distancias.
Los traidores, ojalá que te lean y caigan rendidos a tus pies pidiendo perdón. Y hasta las putas te aplaudirán, y los mismísimos diablos, en los infiernos y en esta tierra de la que se han hecho dueños, se revolcarán triunfadores al saberte sensible y culpables de ese casi oculto dolor... que tan bien describes.
Quienes sufren depresión deberían de leerte una y mil veces, gracias, en estos momentos me llegan muy dentro tus palabras en ese campo por razones humanas...
Y de los chicos de las pateras... Bueno, tengo mis luces y mis sombras... He vivido muy intensamente ese mundo y no es el que ahora nos presentan.
En fin, qué más decirte sobre tu precioso, TOQUE DE REBATO. Que me alegra mucho que lo hayas publicado.
Por cierto, Shemirramis, como decimos en Jerez, “está sembrá”.
Y no me olvido de que el mismísimo Dios niño te estará abrazando desde su cuna de infante naciente.
Yo te agradezco que cierto día confiaras en mí, porque nunca me arrepentiré de haber animado a escribir a tan maravilloso poeta. Un abrazo Jose Luis.
MARIBEL CANO PASCUAL
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